Ya estoy en un lío. Bueno, tampoco es algo nuevo, ¡vamos con
ello! Yo defiendo que se mantengan e incluso que se incrementen las
subvenciones públicas a partidos políticos, sindicatos y ONGs. ¡Sí! Y voy a tratar
de explicar por qué.
Es muy fácil sumarse a la corriente mayoritaria que está
generando esta crisis. Todos los políticos son unos corruptos, ¡qué asco de
coches oficiales!, ¿y los sindicalistas? ¡vaya sueldazos que ganan!, los
diputados hasta tienen móvil e Ipad gratis. Y todo pagado con nuestro dinero…
¡Golfos, que son unos golfos!
No me voy a subir a ese carro porque sí, por cómodo que sea
y por muchos fans y seguidores que pueda conseguir en Twitter, Facebook y su
santa madre. Y no lo voy a hacer por dos razones: primero porque nunca he
comulgado con dogmas, ya fueran rojos, azules o tono fucsia claro; y segundo,
porque eso, justamente eso, es lo que quiere la derecha. En mi opinión estamos
ante una de las muchas trampas ideológicas en que está cayendo la gente
progresista de este país.
Las subvenciones públicas a partidos, sindicatos y ongs son
un medio para garantizar la igualdad y la pluralidad. No dudo que se puede
mejorar, y hay que hacerlo, la ley de financiación de partidos, la ley electoral
etc. Hagámoslo para que las ayudas no se concentren en las grandes formaciones
políticas. Extrememos los controles y los castigos para evitar la corrupción y
garantizar la eficacia en la gestión de las administraciones públicas, de sindicatos y ONGs. Pero, no
nos equivoquemos, pedir el fin de las subvenciones es tanto como dejar el
terreno libre para que sólo los poderosos puedan hacer política con su
apisonadora económica.
Hago un planteamiento muy sencillo para intentar reforzar mi
tesis: ¿de dónde sacarán los fondos los partidos y sindicatos si se eliminan
las subvenciones públicas? He escuchado mucho la respuesta facilona: “que lo
saquen de los militantes”. ¡Ya! Pues, amigos, ¡estamos jodidos! Mucho me temo
que los Botines, Florentinos, Amancios etc. no van a donar muchos fondos a los
sindicatos y partidos que defiendan la igualdad, la solidaridad y los servicios
públicos. ¿O creéis que sí? ¿Debemos crear un ‘mercado libre’ en la política
para que el capital invierta en el candidato o partido que represente sus
intereses? ¿Competimos los parados y obreros con nuestras ‘grandes
aportaciones’ frente a los gruesos sobres que llegan desde el otro lado?
No nos equivoquemos. El argumento que utilizan quienes
desean acabar con las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y ONGs es
el mismo que el que usan para desmantelar los servicios públicos. Os suena eso
de que “todos los funcionarios son unos vagos”, “los profesores tienen muchos
meses de vacaciones”, “hace falta privatizar, para mejorar la gestión porque lo
público no funciona”… ¿Os suena verdad? Pues eso. El paso siguiente es decir
que la educación y la sanidad pública, como los partidos y los sindicatos, en
lugar de pagarlas entre todos, la debe financiar sólo aquel que la use. Total
que Botines, Florentinos y Borbones destinarán sus fondos a la Ruber y la
Quirón y nosotros al Clínico y la Paz.
Doy un paso más en este camino (que me conduce al abismo de
la impopularidad) para cuestionar otro dogma que, hoy por hoy, es
incuestionable: “los políticos cobran mucho”. No dudo que hay algunos que, para
lo que hacen, sí perciben demasiado sueldo. Pues la solución es fácil,
¡echémosles!, si hace falta echémosles a todos, pero no confundamos las cosas.
¿Por qué un ejecutivo, empresario o banquero puede tener un sueldo astronómico
y, en cambio, un político debe ser mileurista? Respuesta facilona (otra vez):
“porque a los políticos les pagamos el sueldo entre todos”. Vale amigo o amiga,
pero ¿no te das cuenta de que también se lo estás pagando a los Botines y
Florentinos? ¿No es más inteligente exigir a los políticos rectitud y eficacia
que abogar por su desaparición o su precariedad?
Un par de preguntas ingenuas pero cuyas respuestas pueden
arrojar luz al asunto ¿Por qué Cospedal en Castilla La Mancha ha eliminado el
sueldo de los diputados autonómicos? ¿Lo ha hecho porque se preocupa por el
dinero de los castellano-manchegos o porque sabe que ese es el camino para que
sólo su élite, la que tiene recursos y sobres detrás, pueda ocupar esos puestos
de responsabilidad?
Termino lanzando una alerta contra los anti-políticos en
general. No me refiero a la gente de bien que desea cambios, más participación,
más transparencia, más democracia… Me refiero a aquellos que criminalizan la
política porque, en el fondo, sólo buscan someterla con su dinero y su poder. Nada
mejor para ponerles en evidencia que citar a uno de sus maestros: “No luchamos
para ganar escaños en el Parlamento, sino para poder, algún día, liberar al
pueblo”… Quien dijo esta frase que tantos ‘Like’ conseguiría hoy en Facebook y
tantos retuits en Twitter se llamaba Adolf Hitler.
De lo mejorcito que he leido en mucho tiempo, Carlos.
ResponderEliminar¿Que la Justicia ha muerto? No puede morir lo que nunca ha existido.
ResponderEliminarhttp://constituquerella.blogspot.com.es/