martes, 12 de marzo de 2013

Nadie escribirá sobre ti porque no has muerto


Una gran periodista acaba de tirar la toalla. Otra más. Después de 23 años trabajando en la misma cadena de televisión, ha decidido que no quiere seguir adelante. No puede más. Una maldita enfermedad le ha servido de excusa para detenerse, pedir la cuenta y prometer a sus amigos que se dedicará a otra cosa a partir de ahora. Quienes la conocemos bien, creemos que su abandono obedece a otras razones: hastío, falta de reconocimiento, mediocridad y servilismo en unos jefes que piensan más en no molestar  y en ahorrar, que en contar noticias y buscar la verdad.

Ella era una periodista de otra época. Se formó en una televisión privada que nacía. Como todos los que allí estábamos, aprendió a base de errores y, también, gracias a veteranos periodistas que creían profundamente en esta profesión. Su bilingüismo le sirvió para despuntar pero (¡cuidado!) ‘de aquella manera’. Una de sus primeras y más relevantes misiones consistió en dejar su mesa de redacción para realizar la traducción simultánea de las históricas emisiones que hacía la CNN durante la primera guerra del Golfo.

En el estudio, mientras la cadena pirateaba la emisión de la CNN, Ella traducía las conexiones de Peter Arnett desde Bagdad. Los pocos ratos libres que le dejaba aquella ingrata tarea, los dedicaba a seguir traduciendo ideas, noticias y mensajes que se le escapaban a una redacción bisoña pero ansiosa de aprender y mejorar día a día.

Su esfuerzo y su talento le permitieron dar el salto para pisar el mismo terreno de aquellos corresponsales de guerra a los que comenzó traduciendo. Se adentró en Bosnia durante los años más duros del conflicto que liquidó la antigua Yugoslavia. Se jugó la vida con gusto en tierras ruandesas para denunciar uno de los peores genocidios del pasado siglo. Viajó por medio mundo narrando el sufrimiento de los que no cuentan y trató de trasmitir a sus superiores la necesidad de dedicar unos segundos más del informativo, a temas que parecían quedar muy lejos de los gustos de los telespectadores.

En unos años se ganó el respeto y la admiración de quienes han pasado media vida arrastrándose de guerra en guerra. Ramón Lobo, Ricardo Ortega, Miguel Gil, Julio Fuentes, Fran Sevilla…

“La guerra de Kosovo no interesa a nuestra audiencia” tuvo que escuchar más de una vez desde el auricular de su teléfono satélite instalado en el Grand Hotel de Pristina. No se rendía, Ella peleaba con los editores y directores de su cadena porque creía que debía hacerlo. Frente a los datos de audiencia, frente al maldito ‘share’, ella esgrimía los rostros, las historias, la tragedia cotidiana de miles y miles de personas. “Hay que contarle al mundo lo que aquí está pasando, hoy los serbios han masacrado un pequeño pueblo y yo he estado con los supervivientes” decía. “Eso pasa todos los días y ya no interesa” tenía que escuchar…

Era la doble guerra del corresponsal. La que pasa por delante de sus ojos cada día y la que después tiene que librar con los jefes que deciden desde su cómodo púlpito de Madrid si una noticia interesa o no a la gente. 

Era duro, pero eran los buenos tiempos. Una treta de última hora siempre, o casi siempre, hacía que contara con unos minutos para narrar aquello que estaba viendo. Hoy parece un sueño pero era así: los medios de comunicación mandaban a sus periodistas a los conflictos para contar con información de primera mano.

Muchos de aquellos editores y directores mediocres siguen hoy en sus puestos. Ella dejó el campo de batalla y trató de seguir aportando su experiencia y su criterio desde la redacción. Cada día se le hacían más duras las reuniones en que se decidía el guión del informativo. “¡Palestina no interesa chica!” le decían con desprecio quienes habían sido jefes con Luis Herrero, con Campo Vidal, con José Oneto, con Buruaga, con Lomana… Los ‘corchos’ (buena definición para quienes han hecho su carrera a base de pelotear a sus superiores y flotar en cualquier situación) la ninguneaban, a la vez que le pedían que hiciera un vídeo sobre las imágenes que envió Reuters en las que se veía a unos perritos ucranianos fumar tabaco de pipa.

Corina se ha ido. No ha dado un portazo sino que se ha ido cerrando la puerta educadamente. Ella es así. Jamás nadie oyó de su boca un reproche hacia sus jefes por mucho que la ningunearan y por mucho que  no le llegaran periodística y humanamente a la suela del zapato.

Espero que me perdone por dar su nombre sin haberle pedido permiso. Espero que me perdone por escribir sobre ella sin habérselo consultado. Pero creo que era justo escribir la historia de una  periodista de primera, una corresponsal de guerra sobre la que todos (‘corchos’ y directivos incluidos) habrían escrito maravillas si hubiera muerto en el campo de batalla.

13 comentarios:

  1. Corina Miranda... ya lo creo que era buena... muy buena. Calaff, Angela Rodicio, ahora ella... reporterismo del que ya no se hace. Una pena que lo deje. El perfil que le has hecho es muy bonito. Un saludo.

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  2. Se sabe perfectamente que estos empresarios que se hacen llamar periodistas o que presumen de haber sido periodistas, cosa que dudo que lo sean, prefieren dejar de lado la CALIDAD de los informativos y de cualquier otro programa, por la CANTIDAD. La cantidad de dinero que se llevan a sus bolsillos mientras los mayores responsables de que las noticias salgan a la luz, sean importantes o no, malviven y son ninguneados por esta gente que no saben lo que es jugarse la vida cada día mientras ellos están apoltronados en sus sillones de cuero delante de una mesa de roble y un iPad o portatil. Esta gente está haciendo que el Periodismo muera y eso no debemos permitirlo.

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  3. Como epitafio estaría muy bien, pero en este caso, por suerte, alguien se ha atrevido a hablar bien de Corina sin tener que llorarla. Con semejante experiencia, capacidad y disposición tendrían que disputársela todas las cadenas de televisión, pero tal y como están las cosas solo confío en que todo ese bagaje sirva, cuando menos, para que no tarde en encontrar una tarea digna y razonablemente remunerada. No es un final, Corina, sino el primer día del resto de tu vida. Mucha suerte.

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  4. José Ignacio Colás12 de marzo de 2013, 11:53

    Corina se ha marchado voluntariamente, hastiada. Otros se tuvieron que ir cuando creían que eran útiles y en un momento en el que estaban ilusionados con el trabajo que hacían, pero no formaban parte del grupo de personas que reían las gracias del poder. Esas personas, cargadas de experiencia, y que han trabajado con muchos jefes efecivamente no han muerto y nadie escribirá de ellas; en poco tiempo nadie los recordará. A nadie le interesa recordarlos. Algunos nunca tendrán oportunidad de reinsertarse en el mercado laboral, precisamente por la mucha experiencia que atesoran. Esos ya no interesan. Esas personas tienen una cosa en común: han conseguido liberarse, ya no dependen para nada de esos "corchos mediocres". Esperemos que llegue pronto un momento en el que alguien valore más la experiencia, el saber hacer, el verlas venir, que las caras bonitas, los máster en universidades privadas y la disposición permanente del "si buana" de los jóvenes que aspiran a un contrato.

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  5. Carlos, bonito elogio. Quienes la conocemos y nos consideramos amigos estamos muy contentos de contar con su amistad e incluso que nos mire como si fueramos...casi casi reporteros dicharacheros como ella. Un abrazo
    Alfonso Bauluz

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  6. Carlos, bonito elogio. Quienes la conocemos y nos consideramos amigos estamos muy contentos de contar con su amistad e incluso que nos mire como si fueramos...casi casi reporteros dicharacheros como ella. Un abrazo
    Alfonso Bauluz

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  7. A lo mejor es que esa televisión, y otras, han conseguido crear una audiencia a la que, en su vivir diario, le interesa más el salto de un cantante gordo desde una piscina que la peripecia vital de otros seres humanos que se juegan el pellejo contínuamente.

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  8. Es una pena que nuestro país sea así de mediocre, una periodista como ella es la que necesitan las secciones de internacional y sobre todo la de Antena 3 que la mitad no saben hablar idiomas y no tienen ni idea de lo que es estar a miles de kilómetros y vivir en otro país y tener que salir corriendo. Lo que pasa fuera no interesa porque los chordos deciden que no es lo que más vende. Profesión de hipócritas en la que sobreviven los que más hacen la pelota. Seguro que tendrá suerte mucha más que la sección de internacional que deja.

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  9. Qué alegría, Corina. Felicidades.

    Corina ha tenido la fortuna de disfrutar una profesión y de ejercerla como creyó que debía hacerse. Hoy abandona una isla extraña en su propio velero. Como es generadora de energía ni siquiera parace preocuparle en exceso la dirección de los vientos.

    Corina nunca ha parado. Ni siquiera cuando su casco rozaba con los bancos de arena o cuando se le ha pedido un cabo para remolcarnos. Para Corina el dique seco es un lugar del que sacar a veces a los que le rodean.

    Corina es puerto de refugio, calma en el centro de la tormenta. Chicha boliviana, nunca calma chicha.

    Las gaviotas la seguimos sabiendo que lo que nos arroje será siempre un regalo de los suyos, que nos dejará descansar en sus mástiles y que siempre llegará a tierra.

    Corina sí que sabe lo que es tener un tigre abordo. La Vida de Pi, para Corina, es una bromilla.

    Corina es una madre de raza, una amiga de raza y una mujer de raza. De raza mestiza: quizá ahí esté su secreto.

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  10. Corina es una de las personas más valientes que conozco. Y por eso se va, aunque no sólo por eso. Valiente, humilde y con orgullo, que rara combinación. Además es mi amiga. Ahí la que se siente orgullosa soy yo. Chus Gallego

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  11. Gracias por escribir esto, compañero. Nos hace sentir que no estamos solas. No tanto, al menos.

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  12. No creo que Corina se desvincule del periodismo. Tiene todo lo que requiere la profesión, hasta esa mala salud de hierro. Dejaremos de escuchar esa voz tan estupenda en los informativos pero seguirá dando guerra. Seguro.

    Diego de la Serna

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  13. Honra a quien merece honra!!! en vida lo que te mereces..... la de siempre... la Corina!!!!

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