viernes, 13 de abril de 2012

¿Ha pasado el tiempo?

Hace nueve años ya que las tropas estadounidenses asesinaron a José Couso en Bagdad. Este domingo, 15 de abril, a las 13:00 horas su familia y amigos volveremos a manifestarnos frente a la Embajada de Estados Unidos en Madrid. Recuerdo como si fuera ayer la primera manifestación a la que pude acudir tras regresar de Iraq. Fue el 8 de noviembre de 2003, se cumplían seis meses del crimen de guerra perpetrado contra el Hotel Palestina y las sedes de Al Jazeera y Abu Dhabi TV en Bagdad. Fue, casualmente el mismo día en que, junto a otros 214 trabajadores, recibí un burofax de Antena 3 TV anunciándome que prescindían, para siempre, de mis servicios.

Han pasado nueve años y hoy me llega la noticia de que acaban de despedir a diez trabajadores en Antena 3 TV. La empresa ganó 93,4 millones de euros el pasado año y, pese a ello, sigue echando a la calle a grandes profesionales. La razón es sencilla, prefieren subcontratar a otros 'curritos' a los que puedan pagar  sueldos de miseria y que no se atrevan a exigir derecho laboral alguno. Entre ellos hay una excelente periodista que cometió el gravísimo delito de trabajar durante varios años en el gabinete de comunicación de un Ministerio del Gobierno del rojo Zapatero. No se lo han perdonado. Junto a ella, en este bloque de despidos y en los que se han producido en los últimos 30 días, hay excelentes realizadores, cámaras que se jugaron la vida en lugares como Bagdad para que Antena 3 pudiera manipular, ¡perdón! quiero decir utilizar sus imágenes, para intentar justificar lo necesaria que era la invasión militar de Iraq.

Me indigna que haya un puñado de directivos que se están cargando esta maravillosa profesión que se llamaba periodismo. Me indigna porque lo hacen mientras se forran con sus sueldos millonarios y, sobre todo, con sus empresas satélite a las que, casualmente, Antena 3 subcontrata sus servicios a cambio de contratos astronómicos.

Pero aún más me indigna que estos desmanes estén ocurriendo porque el anterior gobierno lo hizo rematadamente mal en su política de medios. Quitó a TVE su tarta publicitaria para regalársela a las televisiones privadas a cambio de... NADA. Prohibió por ley la publicidad en la televisión pública con lo que entregó cocinado el rico pastel a Carlotti y compañía. Y digo yo... ¿No se pudo al menos condicionar aquella decisión a que las empresas que tienen la concesión estatal (no olvidemos que tienen una concesión dada por todos los españoles) se comprometieran a no destruir empleo? ¿No se les pudo exigir que crearan puestos de trabajo a cambio de garantizar su rentabilidad económica?

¡Pues no! Hoy nuestra televisión pública está asfixiada económicamente por culpa de aquella torpe (aunque muy premeditada) decisión adoptada por la entonces vicepresidenta del Gobierno. Y mientras tanto, las televisiones privadas se forran (sus directivos quiero decir) a la vez que se divierten jugando a la ruleta rusa con la cabeza de sus trabajadores.

Hoy, como  hace 9 años seguimos pidiendo justicia para Couso, seguimos viendo como nuestra profesión se va al carajo y como se despide impunemente a periodistas, realizadores y reporteros gráficos por tocapelotas o, simplemente, porque tienen la osadía de cobrar un salario digno después de años y años de trabajo y experiencia. ¿Ha pasado el tiempo?

6 comentarios:

  1. Los medios se han convertido en una pura y dura forma de negocio. La información, la imparcialidad, la honestidad no les importan un pito

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  2. La verdad es q vivimos en un país absurdo,con gente absurda,con ideas absurdas,con sentimientos absurdos,y el producto d todo esto es la sensación d estar muertos o peor aún, d sentir la muerte ...

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  3. ¡Buen estreno de blog, ánimo y a seguir empujando!

    "Lo llaman democracia y no lo es"

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  4. Echarle la culpa de que la TVE esta como está por culpa de quitar la publicidad me parece demagogía. Pero la reflexión me ha parecido muy interesante.Te siguiré leyendo.
    Saludos.

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  5. O sea que la decisión de la vicepresidenta fue "muy" premeditada... Eso merecería algún que otro post.

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  6. Mañana, concentración convocada por la Asociación de la Prensa por un periodismo digno. Pero la dignidad no hay que buscarla en los que ejercen la profesión en condiciones precarias, ni a los que tienen el ERE sobre sus cabezas, ni siquiera en los que utilizan el trampolín para otros oscuros objetos de deseo.
    La dignidad hay que buscarla en las empresas, empresas editoras y audiovisuales. El ánimo de lucro es su fin y, por supuesto, no es censurable. Pero sí las formas de obtenerlo, con un absoluto desprecio hacia su capital humano.
    En el recuerdo Ricardo Ortega y Julio Parrado. Dos ejemplos de personas dignas y empresas indignas. Y hay más… muchos más, afortunadamente no tan extremos.
    De líneas editoriales, consejos y estatutos de redacción, etc, mejor ni hablamos.
    Gracias por tu espacio

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