viernes, 22 de mayo de 2015

¿Todos contra el PP?

Mariano Rajoy afirmó en uno de sus mítines de esta campaña que las coaliciones “todos contra el PP” serían “letales” para España. Esa reflexión, fuera del contexto político actual, sería acertada. Basar tu programa, la estrategia de tu partido, tu vida personal, tu voto… exclusivamente en luchar contra alguien, es un síntoma de incapacidad y de frustración contenida.

El problema señor Presidente es que, esta vez, existe ese contexto político y social que justifica la utilización de cualquier medio democrático para expulsar del poder al PP. Ese contexto se resume en cinco palabras: ESTE PP ES UNA MAFIA. Evidentemente no todos los dirigentes del partido son unos delincuentes y, por supuesto, sus militantes solo tienen la responsabilidad (que no es poca) de no atreverse a levantar la voz contra esa banda organizada en que saben que se ha convertido su (creo) bienintencionado partido.

Decir que la formación política que nos gobierna tiene tintes mafiosos no es una opinión, es una simple descripción objetiva de los hechos. No se trata de casos aislados de corrupción, sino de tramas perfectamente organizadas para enriquecerse personalmente y financiar, de paso, a su partido. Tramas que han crecido amparadas por el silencio, en ocasiones, y la complicidad directa, en la mayoría de los casos, de los máximos dirigentes populares. El funcionamiento básico era y sigue siendo sencillo: hay que ocupar cada vez más cuotas de poder para amañar contratos públicos, realizar privatizaciones teledirigidas, adjudicar obras y servicios a familiares, amigos y socios… Todo ello maquillado con una capa de falso liberalismo dirigida a justificar la aniquilación de lo público; el saqueo de lo que es y debe seguir siendo nuestro. Esa es la clave, en mi humilde opinión: no privatizan ni recortan gasto social por ideología, lo hacen por pura ambición, lo hacen para robar más y mejor.

Todo, o casi todo ha funcionado así en los últimos 25 años. Cada caso de corrupción que salía a la luz provocaba que “la familia” popular reaccionara como tal: defensa a ultranza del sospechoso y amenazas a los jueces y policías que destapaban el caso. Así ocurrió con Naseiro, Bárcenas, Correa, López Viejo, Granados, Mato, Sepúlveda, Güemes, Castedo, Lamela, Rato, Camps, Fabra, Matas, Rus… Una lista interminable que sería sin duda más larga de no ser por las trabas que este Gobierno ha estado imponiendo a la Fiscalía anticorrupción, las purgas que ha realizado en los departamentos policiales y en la Inspección de Hacienda, la presión insoportable que ha ejercido sobre los jueces competentes…

Este PP es la mafia, sí. Una mafia con caja B, sede central pagada con dinero negro, sobresueldos distribuidos en sobres, legislación y amnistías fiscales hechas a la medida de los amigos delincuentes, privatizaciones a la carta, tentáculos en empresas, juzgados y medios de comunicación... Sí, los medios, esos medios que todos los días nos hablan de la amenaza de convertirnos en Venezuela si votamos a un determinado partido. Esos medios que, sin embargo, no nos dicen que quienes nos gobiernan ahora, han colocado nuestra calidad democrática muy por debajo del penoso nivel que tiene la república bolivariana.

Así que sí señor Rajoy. Yo voy a ser uno de los muchos millones de españoles que votaré, principalmente, para echarle del poder a usted y al resto de miembros de su familia. Es tan grave la situación a la que han llevado a este país, que no hacerlo sería tanto como legitimar y aplaudir cada uno de los delitos que han cometido. Mi voto: “todos contra el PP".

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